EL ÁNGEL DE LAS MERCEDES
La escultora venezolana Dora Gabay es la creadora de este arcángel, considerado el más grande de Venezuela, ya que mide 1.90 cm x 4.10 cm. |
Uno
de los últimos y más hermosos edificios en construcción en la urbanización Las
Mercedes de Caracas, diseñado por el Arquitecto Jorge
Arreaza, tiene un peculiar
nombre. De vistosa fachada de cristal, y ya terminado excepto muy pequeños
detalles, comienza a ser ocupado por empresas de diverso estilo y tamaño.
Está
en la esquina entre las calles París y Mucuchíes de esa urbanización y se llama
Torre SMA. No son las siglas de una
empresa, no es un simple capricho. SMA significa “San Miguel Arcángel”, por una
espectacular figura del que es posiblemente el principal de los ángeles que
dieron la batalla por Dios contra Satanás. ¿Por qué un ángel en un modernísimo
edificio en la zona más comercial de Caracas?
Es
una historia de empeño y coraje de jóvenes venezolanos que recibieron la
oportunidad de construir lo que otra empresa anterior había descuidado y
enredado hasta que el Gobierno intervino. Los jóvenes pidieron y finalmente
consiguieron, tras abrumadora espera, que el Estado les permitiera construir el
moderno edificio que los intervenidos apenas habían comenzado. Fue un riesgo de
parte y parte, el Gobierno decidió confiar en un grupo de emprendedores que ni
eran políticos ni grandes capitalistas, y los jóvenes confiaron todo lo que
tenían, que no era mucho, esencialmente su capacidad de trabajo y su fe en
ellos mismos y en el país. Y, sobretodo, su fe en Dios, especialmente a través
del Arcángel San Miguel.
No
fue fácil, tuvieron que usar el poco dinero que tenían, pedir préstamos a sus
familias, recurrir a amigos, a el apoyo de los mismos clientes y especialmente
a la Banca, aparte de la inevitablemente angustiosa espera a que el Estado tomara
una decisión. Tenían confianza y voluntad, y uno de ellos además es fiel devoto de San Miguel
Arcángel. Y recurrió a esa ayuda que es asunto de mucha fe y de espiritualidad.
John
Díaz, Carlos Galia, Alejandro Rivero Romano, Francisco Astudillo, César García
Urbano Taylor, Grecia Pinto y Marvia Carvajal, venezolanos, jóvenes y
entusiastas, hoy sienten que el arcángel les hizo el milagro: una oportunidad
para demostrar su fuerza personal, su propia capacidad y su esfuerzo,
naturalmente. Con esas fuerzas pudieron construir la torre que hoy es ya una
hermosa realidad.
“Me
hablaron de todo esto”, comenta la escultora Dora
Gabay, “para explicarme por qué querían una escultura del arcángel en plena
entrada del edificio”. La artista plástica entendió el propósito pero
aportó su propio concepto. “Un arcángel con espada y escudo en mano
puede parecer muy agresivo, incluso atemorizante, para quienes entran en el
gran lobby de unos 7 metros de altura”. Me pidieron un boceto y en mi
taller les modelé en tamaño pequeño lo que imaginaba. “Un Arcángel de rostro muy
hermoso y viril, con una expresión no agresiva sino acogedora”, explica
la artista, “no está combatiendo, está recibiendo a las personas y ofreciendo su
protección; su espada no es para herir sino para defender”. Medita un
momento, sonríe, y agrega: “les gustó mucho, era lo que deseaban, un
San Miguel comprensivo, acogedor, defensor, no un espíritu vengativo y feroz,
sino defensor y comprensivo, alguien en quien confiar”.
Cuando
usted entra a la Torre SMA, se
abre como un gran escenario un enorme lobby, y del techo baja este arcángel San
Miguel con los brazos abiertos y acogedores, una suave, casi imperceptible
sonrisa que da calidez a la expresión, un hálito de fe y de empeño en hacer las
cosas bien. Es como el espíritu venezolanista y joven de venezolanos que hacen
lo correcto y no sólo están dispuestos, sino que vencen las dificultades.
Para
ellos Venezuela no es un problema político ni de rivalidades, sino de
convicciones, capacidad, fe y voluntad de trabajo, los elementos fundamentales
que han caracterizado siempre a los venezolanos que han echado adelante al
país.